sexta-feira, 30 de outubro de 2015

Francisco E… Nostálgico del pasado…! Cuando todo era mucho mejor ¡ Homeopatia España.

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Paciente español; consulta hecha en un pueblito de Extremadura donde he practicado durante seis años. También, una muy bella época para mi familia.
Francisco es un anciano que va hacia sus 92 años de edad. Una de sus vecinas, Marianne, mucho más joven que él (alrededor de 30 años menos) lo acompaña. Durante la consulta, lo ayuda con mucho cariño. Este anciano consulta por sentir un fuerte agotamiento general y un cáncer del testículo derecho.
Comentario
Apenas puede hablar y cuando lo hace, es muy difícil entenderlo, ya que habla un dialecto, ya olvidado por la mayoría de la gente del pueblo. Sus ojos brillan de un resplandor que ya no se tiene costumbre de ver, el brillo de aquellos de los que están acostumbrados a meditar en la soledad, contemplando el horizonte, el brillo de aquellos para quien el tiempo es un tesoro y la sencillez, una preciosa compañera.

Marianne me explica…
« Desde niña, conozco Francisco, como todo el mundo en el pueblo. Es nuestra viva memoria. Ha sido casado durante cuarenta años, una pareja muy enamorada. Su esposa ha fallecida, a consecuencia de una mala caída y también, probablemente de pena. Sin llamar la atención, su único hijo, un varón, les ha abandonado hace cincuenta años. Nunca han entendido el por qué y nunca Francisco ha hablado de esto. Toda su vida, fue un pastor que cuidó a las ovejas y también un curandero, Ha vivido y ha participado a las dos grandes guerras y durante la guerra civil español, ha sufrido las encarnizadas persecuciones por el hecho de que pertenecía al grupo de los que, ojos bien abiertos, sonaban de un mundo mejor. Aunque esto puede parecer increíble, nunca ha consultado un médico. Siempre se ha tratado por sí solo, merced a la sencillez de su vida, a las plantas salvajes, los productos de la colmena, la arcilla verde y una sana y frugal alimentación. Estáis el primer medico que consulta y siente pavor… Es por esto que Francisco está temblando y no por algún otro motivo. Tanto mis padres como yo, nos ha costado mucho convencerlo y cuando le he dicho que debía ir a consultaros, que sus dolores no se irían con infusiones y todo lo que hacía, se ha ensimismado durante unos instantes, antes de comentarnos:

Esto es una muy grave decisión que exige ser meditada. Voy a dar una vuelta y después, vos diré lo que he decidido.

” Unas horas más tarde, nos hostigó de preguntas:

“¿Este médico, es un hombre del cual uno puede fiarse? ¿Sabe algo acerca de los acontecimientos que me han hecho sufrir? ¿Ama y conoce el mundo del campo? ¿Tiene hijos? Si es ignorante de todo esto, ¿cómo puedo confiar en él, poner en sus manos la responsabilidad de mi salud, de mi integridad, de mi pudor?
Conmovidos y con paciencia, le hemos explicado que los conocíamos bien y también, que conocíais mejor que nosotros, la historia de España, y que por haber sufrido una desgraciada infancia, vos sentías muy sensible a su vida… En fin, aquí estamos.»

Francisco tomo la palabra y lentamente, así como había debido andar en su vida para llegar tan lejos, me dijo:
« Sabéis, señor Doctor, mi vida es como un sarmiento de viña, como el tronco de un viejo olivo, doblado por el viento de  mi tierra, Extremadura, y estoy muy preocupado… no por mi salud… ya que al fin y al cabo, llego al final de mi veredilla, pero más bien por el mundo de locura que gira alrededor de mi desde mi primer soplo. A menudo, he sido el testigo de los sentimientos los más bastos. A veces, no bastante según mi gusto, también he sido el testigo de la lindeza más bella o de un entusiasmo sin fallo. Mi única y verdadera enferme-dad radica en la nostalgia que siento, por mis animales, mis ovejas y sobre todo mis perros, mis Podencos o por esta naturaleza, siempre y cuando la respetamos. También, siento nostalgia por mis amigos, unos hombres y mujeres en quien siempre se podía fiar. Desde hace tiempo, los campesinos han vendido su alma al diablo de los pesticidas y de la química. Incluso nuestra “Madre-Tierra” no ha conseguido convencerlos de no hacerlo ni ha conseguido impedirlos de cometer esta violación del suelo. He debido abandonar mi trabajo hace unos veinte años. Supuestamente, ya las ovejas no valían nada. Los mercados de ganados han desaparecido y con estos, una parte de mi alma y alegría. Las chicas abortan de la vida que llevan y los chicos juegan con ellas y las abandonan cuando ya el juguete no les interesa. El mundo se siente perdido. No sabe dónde está el “majestuoso árbol” de su infancia, al cual había confiado todos sus secretos con el fin de nunca olvidar su inocencia de crio. Nunca he aprendido a leer y a escribir. Sin embargo, a pesar de esto, he visto y entendido muchas cosas. Cuando he salido de mi pueblo para ir a la guerra, nunca he podido olvidar como los demás se burlaban de mí, llamándome “el idiota del pueblo”. ¡Qué quieres que vos diga! ¿Qué me queda en este mundo en el cual no me  reconozco y que con mis ovejas, ya no me reconoce valor? Pero vos hago perder vuestro tiempo con todas mis historias que mañana por la mañana, ya serán olvidadas… Nada perdura ni la belleza, ni tampoco la fealdad.

La sencillez de Francisco es muy conmovedora y entiendo mejor lo que quería decir Marianne cuando dijo: “Es nuestra memoria viviente“. Me concentro de nuevo y cuidadosamente observo el hombre. Su nariz, sus labios y sus mejillas están cianóticos, así como sur dedos. Aprovecho el momento para hablarle de la eventualidad de una quimioterapia. Pero, Francisco no quiere oír nada al respecto. Tiene las ideas muy claras.
« … A lo largo de los años, muchos de mis amigos, hombres y mujeres, han pasado por esto y han sufrido lo inaguantable, por finalmente muy pocos de ellos salen adelante. ¡No gracias!, doctor, usted y yo, vamos intentar y hacer que los últimos tramos de mi vida no sean muy duros. Sin embargo, no vos preocupéis… Sé muy bien que me queda poco de mi vela y está bien así. ¡Pues compadre!, ¿Qué hacemos? ».
Síntomas
Síntomas elegidos (sobre una treintena) por este paciente agotado y más des-hidrato que lo normal. Todos los síntomas son recientes (a veces, los padece desde hace diez o veinte años, pero aquí se debe tener en cuenta su edad avanzada). Siete síntomas, aquí en rojo, van a servir por la elección del remedio que cubrirá el caso clínico. Los otros síntomas nos permitirán entender su coherencia.
R = reciente / DTLV = de toda la vida
  • Nostalgia por una “época donde todo estaba mejor, más autentico”
  • Sufre de abandono
  • No puede comer nada, todo lo que ingiere le trae trastornos (debilidad digestiva)
  • Aversión a las grasas
  • Estado general cianótico (venillas, color vino, en las mejillas, la nariz); presenta una plétora venosa del rostro / circulación venosa muy lenta
  • Falta de calor vital / agravado por el frio y aversión al frio y al aire libre
  • Las manos se duermen al despertarse y en la mañana
  • Cáncer del testículo derecho, con induración dura como una piedra (cáncer de los escirros) / fuertes dolores que aparentemente nada alivia
  • Agotamiento y gran postración a consecuencia de enfermedad que lo debilita / estado asténico
  • Consecuencia de pérdida de líquidos orgánicos vitales
  • Se queja por todo /refunfuña por pequeñeces
  • Estado grave
  • Vértigo y confusión cuando se sienta en su cama, mejorado enseguida cuando se tumba
  • Pesadez de la cabeza al despertarse, en la mañana con disminución de la vista y lagrimeo
Estrategia terapéutica

Ante todo, le prescribo Suero de Quinton Isotónico y Suero de Quinton Hipertónico / tomar 2 ampollas de cada uno, por vía bucal durante tres meses.
Después de haber tomado el Suero de Quinton durante un mes, tomar Carbo animalis 30CH, método +, cada noche y durante un mes. Después de esto, tomar SL cada noche durante dos meses.
En cuanto a su régimen alimenticio, le aconsejo de no cambiar nada a sus hábitos, sino de reintroducir los alimentos en la medida de que puede digerir y asimilarlos. Le pido de poner progresivamente un poco de Tamari (de tres años de edad) en sus ensaladas y de hacerlo diariamente.
Comentarios sobre las reglas básicas y preventivas en una persona mayor
Aportes minerales con el fin de:
– Evitar o frenar la osteoporosis, tanto post-menopáusica que senil.
– Equilibrar el sistema nervioso central y neurovegetativo.
– Preservar el metabolismo cálcico y mantener el equilibrio cerebral.
– Ajustar lo mejor posible el sodio y el potasio: aparato renal, sistema cardio-vascular (corazón y arterias).
Lo más aconsejable y saludable consiste en tomar el Suero de Quinton, tanto isotónico como hipertónico (este en caso de severa astenia y de hipotensión) en cura de tres meses, seguida de un mes de descanso antes de empezar de nuevo. El suero permite la remineralización y la rehidratación del paciente.
– Evitar los “tónicos” (incluso la miel).
– Ante todo, favorecer el empleo de lo que permite “la apertura y la regulación de los emuntorios“.
– Siempre tener muy en cuenta “la energía vital que queda al paciente”, es decir, sobre la cual se puede apoyarse.

Los emuntorios
Los que no se vuelven fácilmente frágiles: piel e intestinos. Los que con la edad, se debilitan poco a poco: riñones y pulmón.
La deshidratación
Generalmente, la persona mayor bebe poco. Se debe intentar hacerle beber una cantidad diaria adecuada, de preferencia entre una comida y otra, de líquidos poco mineralizados y sin alcohol.
Luchar contra la esclerosis
Vitaminas naturales y no sintéticas, antioxidantes C y E. Por lo que concierne la protección contra las osteopatías, pensar, aunque con prudencia, al uso de la vitamina A.
Reglas generales de dietética
– No “poner patas arribas” el modo de vivir de un anciano, excepto en caso de urgencia (en el curso de ciertas patologías) con el fin de no desequilibrar tanto el mental como el físico del paciente.
– Suprimir progresivamente – con el fin de evitar los “trompicones” psicosomá-ticos: alcohol, grasas, tabaco, Viagra…
– Tener en cuenta en la alimentación de los “atavismos” familiares, regionales y culturales.
– Cuidar a los emuntorios con el fin de disminuir la auto-intoxicación, fuente de desequilibrios patológicos.
– En la medida posible, ralentizar la ineludible evolución hacia la degeneración esclerosa de los tejidos y de los órganos, merced a un aporte de alimentos beneficiosos por la persona mayor.
– De una manera general y estrictamente personalizada, ayudar a mantener el equilibrio psicosomático del paciente con el fin de evitar la ansiedad, presente con mucha frecuencia, en la persona mayor.
La vejez no debe vivirse como “un callejón sin salida”. Debe poder vivirse con dignidad (a la condición de que también la vida fue digna), con humanidad, conservando también gracias también a un entorno afectuoso y medioambiental bueno, un cierta “apetencia por vivir”.
Cuatro años más tarde, Francisco suavemente falleció. El tratamiento consiguió – en un 80% – a controlar sus dolores. A veces hemos debido adaptarlo según su estado. Ha vivido sus últimos años con una calidad envidiable de vida, teniendo en cuenta su edad. Todo este tiempo, a menudo hemos charlado de todo y de nada. A veces, sólo nos hemos quedado callados, sencillamente felices por compartir el momento, al mirar el horizonte de su tierra, dura pero generosa, Extremadura.

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